Vino tempranillo, un vino con un carácter único
La uva noble de España, o uva tempranillo, es una variedad tinta de gran importancia en la vitivinicultura. Su corto ciclo de maduración es lo que le ha dado el nombre, ya que se inicia al principio de la primavera y culmina al empezar el otoño. A pesar de ser autóctona de España, concretamente de La Rioja, sus vides reciben el sol en países como Australia, México y Portugal. Esta propagación es un fenómeno reciente, que se produjo desde los años 90 del siglo pasado.
La uva de la variedad tempranillo es producto de un híbrido entre la albillo mayor riojana y la benedicto de Aragón, y es muy adecuada para los vinos tintos con cuerpo. Esta última variedad se encuentra prácticamente extinta actualmente. Es la uva tinta más producida en España y tan solo en La Rioja representa casi el 90 % de los cultivos. El Catálogo Internacional de Variedades de Vino registra más de 80 denominaciones distintas para esta variedad.
>> ¿Qué es el vino tempranillo y sus principales características?
Características de la uva tempranillo
Esta uva es una de las claves para infundir al vino la personalidad que lo distingue. Como suele suceder, el clima y las condiciones del suelo son vitales para que dé lo mejor de sí, con elevada calidad y gran productividad, mayor que la de otras uvas. El ciclo corto la hace ideal para los climas más rigurosos, como los de la Rioja Alavesa.
El reglamento de la Denominación de Origen Ribera del Duero exige que los vinos estén elaborados con al menos un 95 % de las variedades autorizadas. De estas, la uva tempranillo será de un 75 %.
Clima y suelos
La uva tempranillo se desarrolla bien en muchos tipos de climas y diversas calidades de suelos. Sin embargo, lo ideal es que crezca en terrenos arcilloferrosos, aluviales y arcillocalcáreo, con una altitud de 250 a 500 metros. Las noches frías y las largas horas de sol propias del clima continental son las mejores condiciones.
La humedad
El exceso de lluvias y los terrenos muy húmedos son mal tolerados por las vides, ya que tienen propensión a sufrir de micosis. Además, la pluviosidad moderada permite que en el grano se concentren los azúcares. Así se obtiene una materia prima de primera calidad para los vinos elaborados con uva tempranillo.
Las bayas
Se distinguen de inmediato por su casi perfecta esfericidad, el notable grosor de la piel y su color, de un intenso tono violeta, casi negro. Son más bien grandes, contienen una pulpa jugosa e incolora y forman racimos voluminosos y compactos, de hombros anchos.
El equilibrio
Esta característica de la uva de la variedad tempranillo es la que explica la gran aceptación con que ha contado siempre entre los vinicultores. La combinación perfecta entre la acidez y los azúcares permite utilizarla con éxito en los vinos de mezcla, en vinos jóvenes y hasta en los tintos crianza, reserva o gran reserva de buena estructura.
La crianza
El nivel de taninos, junto al carácter afrutado del vino y las notas avainilladas del roble son la razón de que el envejecimiento en barrica de madera sea tan apropiado. Ha formado una asociación de larga data y muchos conocedores distinguen el vino elaborado con uva tempranillo gracias al aroma derivado de este contacto prolongado. Se ha llegado a identificarlo como la fragancia propia del vino.
¿Qué hace tan especiales a los vinos elaborados con uva tempranillo?
Cuando los procesos de elaboración han sido esmerados, reflejan también los cuidados que han recibido las vides, así como las bondades del suelo y del clima. La acidez del vino es media o baja, con taninos moderados y suaves gracias al paso por las barricas, mientras que la textura es untuosa. Gracias a estas características, resultan vinos fáciles de beber y elegantes, sean afrutados o bien reserva.
El color
Una de las características distintivas es el color del mosto, de acentuado tono rojizo, y la gran variedad de vinos que pueden obtenerse de él. En los más jóvenes, puede apreciarse un matiz violáceo o azulado con reflejos en malva. En cambio, la permanencia prolongada en barricas los dota de tonos teja, granate o naranja.
El aroma
Es también un rasgo que forma parte de la personalidad distintiva de los vinos elaborados con uva tempranillo. Más afrutados y simples en los jóvenes, evocan los frutos del bosque, con regusto a flores y ciruelas. Con la maduración, adquieren notas más complejas, especiadas y profundas. Aparecen entonces el cuero, el regaliz y el tabaco.
Tintos, rosados o blancos
A pesar de que los vinos de uvas tempranillo son principalmente tintos. También pueden ser rosados y cada vez se utilizan más en mezclas para elaborar vinos blancos.
Incluso existe una variedad de uva tempranillo blanca, una mutación que apareció de manera natural. Fue encontrada en 1988 en un viñedo de Murillo del río Leza, en La Rioja, y con ella se elaboran vinos blancos monovarietales.
Los mejores vinos elaborados con uva tempranillo
Los vinos elaborados con uva tempranillo tienen a su favor que cuentan con una gran versatilidad y equilibrio. Estas cualidades les facilitan, en conjunto, el maridaje con una muy amplia gama de preparaciones culinarias. El Aduna Crianza, Aduna Reserva y Aduna Vendimia Seleccionada exaltan las sensaciones gustativas sin opacarlas.
Son ideales en cualquier ocasión, de prestigio o una simple reunión entre viejos amigos. Aunque el maridaje clásico es con cordero lechal o un buen asado, acompañan perfectamente tanto los manjares más refinados, como los de más sencilla elaboración: las tapas, las pizzas o un plato de pasta.
Por su cuerpo, ensalzan las cualidades de las carnes rojas y los estofados de caza. Combinan perfectamente con los pescados azules al horno, muchos tipos de embutidos y quesos azules o madurados.
La uva tempranillo es un fruto de la tierra con inigualables características. Gracias a su generosidad y versatilidad se ha convertido en una de las más importantes, en España y alrededor del mundo. Su calidad se refleja íntegramente en la del vino que elaboramos en las bodegas de Heredad de Aduna, en la Rioja Alavesa.