La uva garnacha es característica de determinadas zonas. En especial, de Aragón, El Priorat y Navarra; y, tradicionalmente, también de La Rioja. No obstante, es importante decir que lo que se entiende por garnacha engloba determinadas variedades de uva que, aunque emparentadas entre sí, tienen características propias.
Así, es posible encontrar uva garnacha tinta y blanca, gracias a las mutaciones que se han generado. La garnacha tinta es originaria de España y, para su crecimiento, necesita calor y sequedad. De ahí que no se encuentre en las zonas de costa. En cambio, la garnacha blanca sí crece en terrenos más frescos y húmedos, por lo que puede plantarse en zonas muy próximas al mar y se trata de una de las uvas blancas más utilizadas en Francia.
Estas variedades se usan, tradicionalmente, para elaborar vinos de alta graduación y acidez y se trata de una uva que cuenta con tantos seguidores como detractores. El vino garnacha puede ser sabroso y con cuerpo, para quien tenga el paladar acostumbrado; o demasiado duro, para quien no lo haya acostumbrado, por lo que su consumo tiene mucho de gusto adquirido.
Por otra parte, hay que indicar que nos referimos a uvas de rápido crecimiento y gran productividad por hectárea. De ahí que, en tiempos pasados, se potenciase su plantación. Un proceso habitual en todos los casos de acumulación de capital necesarios para poder incorporar la tecnología a las bodegas y mejorar los procesos y vinos.
En los últimos años, se ha optado por potenciar los vinos monovarietales. La uva garnacha se utilizaba mucho para complementar el coupage de determinados vinos tintos donde predominase la variedad tempranillo, mientras que las variedades blancas se utilizan algo menos en España, puesto que son más delicadas.
Bodegas Heredad de Aduna es consciente de la actual demanda del mercado, ha apostado por los vinos monovarietales y hoy solo elabora vinos 100 % tempranillo, sin incorporar garnacha ni mazuelo.
Historia de la uva garnacha
La uva garnacha es española. Se cree que se plantaba ya en el siglo XII en los territorios de la Corona de Aragón, pero solo hay constancia documental de su plantación a partir del XVI. Su origen se sitúa en Aragón y hoy sigue siendo la región española donde hay más producción en cifras totales.
En un principio, esta uva se denominaba aragonesa, precisamente, por su lugar de origen. Desde ahí pudo extenderse con facilidad a regiones limítrofes, como Catalunya (El Priorat), Navarra y La Rioja; y otros territorios de la Corona de Aragón, como Cerdeña. También hay que decir que su cultivo es común en Francia y ha llegado a Estados Unidos y Australia.
Hay que indicar que las condiciones del clima aragonés, que cuenta con una continentalidad marcada y vendimia tardía, favorecían conseguir como resultado una uva con más grado y acidez. En todo caso, cuanto más antigua es la cepa, mayor calidad se obtiene del producto.
Por otra parte, la Historia de la viticultura está íntimamente ligada a la innovación y, desde la uva garnacha, se han cultivado otras variedades emparentadas, como la garnacha blanca y tintorera. La necesidad de adaptarse a nuevos terrenos y, sobre todo, las enfermedades de las cepas obligaron a renovar los sistemas de plantación.
El vino garnacha, por ser de alto rendimiento por cepa, ha estado injustamente asociado a vino de baja calidad. En los últimos años, la superficie plantada en España de cepas garnacha se ha reducido un 25 %; pero, sin embargo, se están reinventando estos caldos y potenciando las variedades de cepas viejas.
Heredad de Aduna solo elabora vinos 100 % tempranillo, ya que consideramos que el futuro implica potenciar las variedades autóctonas, en las que es posible apreciar el sabor del vino.