Mejor tapón para el vino
En la elaboración del vino, son muchos los factores que afectan a su calidad final. Desde el tipo de uva y la manera de cultivar las vides, pasando por su recolección, elaboración y envejecimiento. Cada una de estas circunstancias confiere al vino unas características que se pueden apreciar en el momento de degustarlo. Otro factor importante, una vez terminado el proceso en barricas es el embotellado. Cada uno de los tipos de tapones para el vino afecta de una manera u otra al producto final. A continuación, vamos a ver los diferentes tipos de cierres y sus características.
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Tipos de tapones para el vino
Vamos a repasar los tapones para el vino más comunes y cómo afectan a la calidad final del vino. Existen algunos más, pero estos son los más habituales; no hablamos de cavas o vinos de Oporto.
Tapón de corcho natural
Los tapones de corcho natural están fabricados con una sola pieza de corcho. Esta suele ser de alta calidad y poco porosa. Es un tipo de cierre que se ajusta muy bien al vidrio de la botella y que proporciona un buen mantenimiento del vino, aunque no sea completamente hermético.
Tapón de corcho natural colmatado
Se trata de un tipo de tapón fabricado con una pieza de corcho de menor calidad que el anterior. Es un material más poroso que el corcho natural, así que se suelen rellenar estos poros con polvo de corcho. A tratarse de un cierre de menor calidad, se emplea en vinos que no tendrán una permanencia en la botella muy prolongada.
Tapón de corcho aglomerado
Estos tapones se hacen a partir de los desechos que se producen al fabricar los tapones de corcho natural. Los restos se trituran y se mezclan con colas para conseguir el producto final. Estos tapones para el vino son mucho más baratos que los naturales, aunque su calidad es notablemente inferior, por lo que se usan para vinos muy jóvenes, que se beberán pronto.
Tapón sintético
Es un tapón elaborado a partir de siliconas y otros polímeros. Son cierres más baratos que los de corcho y, su composición permite diseños más llamativos, al poder colorearse. Permiten cerrar de forma bastante hermética la botella, pero con el paso del tiempo tienden a contraerse, por lo que no deben emplearse en vinos con una gran persistencia en botella. Además, los corchos sintéticos pueden traspasar sabor y aroma químico al vino.
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Tapón de corcho natural la mejor elección
Sin lugar a duda, el tapón de corcho natural es la mejor elección a la hora de embotellar un vino. No deja rastro de aroma o sabor y permite un cierre óptimo para conservar la bebida.
Durante el primer año de embotellado, las características del corcho natural permiten que entren pequeñas cantidades de aire en la botella. Así, el vino continúa su proceso durante un tiempo limitado. Después, si conservamos la botella en posición horizontal, el contacto con el vino hará que el material se expanda y se conseguirá un cierre hermético.
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