La importancia del vino en la dieta mediterránea
El vino en la dieta mediterránea es uno de sus componentes esenciales, junto con el pan y el aceite de oliva. Son entonces la vid, la espiga de trigo y el olivo las plantas que le dan su nombre a este tipo de alimentación, porque durante milenios han sido cultivos tradicionales en esta región del mundo.
Es un estilo de dieta que se caracteriza por el elevado consumo de alimentos frescos y productos lácteos, junto con leguminosas y cereales enteros. Las carnes son más bien escasas, y los lípidos se obtienen de la oliva y los frutos secos. Además, son fundamentales los condimentos como el ajo y la cebolla.
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Beneficios del vino en la dieta mediterránea
Todas las culturas asentadas en sus costas han transformado estas plantas en productos esenciales, y el vino es uno de los pilares de la dieta mediterránea. El resveratrol y los polifenoles son responsables de algunos de sus beneficios, como se describe a continuación.
Metabolismo
Los polifenoles intervienen en ciertos mecanismos de regulación del metabolismo. De esta manera, se previenen enfermedades crónicas como la diabetes y la obesidad.
Capacidad cognitiva
El consumo moderado de vino contribuye a mantener en buen estado la memoria y la concentración. Sus efectos a nivel del hipotálamo ayudan a regular los estados de ánimo, y evitan la depresión y la ansiedad.
Equilibro redox
Esta bebida tiene un efecto regulador sobre los radicales libres. Son moléculas responsables de daños acumulativos en los tejidos, una de las causas de las enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas.
Salud visual
La degeneración macular asociada a la edad, o DMAE, causa el 50 % de la pérdida de la visión en las personas mayores de 60 años de los países desarrollados. El resveratrol reduce el riesgo de padecerla.
Microbiota intestinal
El consumo de vino genera cambios en la luz intestinal que favorecen el desarrollo de los lactobacilos. Por otra parte, el alcohol etílico tiene efecto antiséptico en la cavidad bucal.
Cantidad de vino recomendada en la dieta mediterránea
Como sucede con cualquier bebida de contenido alcohólico, la cantidad de vino que se toma debe ser moderada. Por otra parte, las recomendaciones varían, y lo que se estima como aceptable es una copa al día para las mujeres y dos para los hombres. Lo aconsejable es que este consumo se haga siempre acompañando las comidas.
Este es otro factor importante en la dieta mediterránea y uno de los que le dan su carácter distintivo. No se trata solo de comer, sino de hacerlo con lentitud, disfrutando del sabor de los alimentos y de la compañía de amigos o familiares. Indudablemente, una copa de buen caldo favorece la conversación cordial y animada.
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