Descubre el tren del vino
El tren del vino es una de las grandes y premiadas ideas con las que puede darse a conocer este producto. Se encuentra, como no podía ser de otra manera, en La Rioja, y miles de pasajeros ya han disfrutado de su recorrido. Sin duda, es una gran propuesta para dar a conocer el mundo enológico de una manera distinta y original que, con el tiempo, acabará extendiéndose a otras regiones vinícolas.
¿En qué consiste el tren del vino?
La iniciativa partió del Gobierno de La Rioja y Renfe a modo de promoción agroalimentaria en 2008. El viaje se lleva a cabo entre bodegas y viñedos y durante el trayecto se realizan diversas representaciones para entretener a los viajeros y, en especial, a los niños.
El objetivo primordial de esta actividad es divulgar la amplia cultura vinícola de La Rioja y el patrimonio, tanto físico como etnológico, acumulado a lo largo de tantos años de actividad. El enfoque mezcla la diversión, el aprendizaje y la responsabilidad, en especial en el consumo de alcohol.
En el viaje conocemos la importancia del vino para los habitantes del lugar y para la evolución histórica de esta zona, ya que ha dejado un fuerte impacto no solo en sus gentes, sino también en su arquitectura.
Pasado, presente y futuro se dan la mano a lo largo de un viaje único que ha sido galardonado con el premio «best of» entregado por la red Great Wine Capitals.
¿Qué localidades pueden visitarse?
El tren conecta la localidad de Logroño con la de Haro, considerada la cuna del vino. Tras el viaje y las actividades programadas en el tren, se llega a Haro, donde tiene lugar lo más importante: los visitantes se dividen en grupos para realizar las visitas a las bodegas del lugar. Por suerte no hay que caminar mucho, ya que la estación ferroviaria se encuentra en el casco antiguo, muy cerca de la mayoría de las bodegas.
En estas se muestra cómo tiene lugar la elaboración del vino y también se llevan a cabo las catas, algo muy importante para enseñar a la población a diferenciar un buen vino de otro que no lo es. La idea es que los cinco sentidos entren en juego y que podamos disfrutar de una experiencia lo más completa posible.
Además, al Ayuntamiento de Haro fleta autocares para que aquellos que lo deseen puedan visitar las bodegas más alejadas y los pueblos de los alrededores. De esta manera, se ofrece una visita de gran valor cultural muy apreciada por los visitantes, pues no en vano más de 16 000 personas ya han realizado este singular trayecto.
Al final del día, de vuelta en el tren, una banda de música ameniza el retorno después de haber disfrutado de la cuna del vino. Sin duda, todo aquel que sea entusiasta de esta bebida o se interese por su historia encontrará este viaje de lo más enriquecedor. Cultura, vino, historia, gastronomía y arquitectura se unen en un singular paseo.
Un viaje al corazón del vino
Este tren es una de las grandes propuestas para conocer al detalle la cultura enológica. Aficionados y expertos lo encuentran tan enriquecedor como divertido, ya que incluso los niños tienen cabida en este viaje. Gracias a esta actividad, el mundo del vino se hace mucho más accesible y excitante de lo que pueda parecer a simple vista.
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