¿Diferencia entre un vino Rioja y un vino de Toro?

Rioja es la denominación de vinos más elegida por los consumidores tanto en el mercado interior como en el exterior. El prestigio de sus bodegas, la calidad de una tradición vitivinícola milenaria y el haber sido la primera denominación de origen reconocida, hacen del vino rioja el más reconocido de entre los vinos españoles.

No obstante, de un tiempo a esta parte y gracias a la modernización del sector y al auge de la exportación de vino español, nuevos vinos amparados por consejos reguladores relativamente recientes van haciéndose un hueco en el panorama vinícola. Es el caso de la denominación de origen Toro, que se ha alzado como representante de los nuevos vinos contemporáneos frente a los clásicos Rioja o Ribera del Duero.

Diferencias entre los vinos de Rioja y los vinos de Toro

Rioja, bañada por el alto Ebro y dividida en tres subzonas (Rioja Alta, Rioja Baja y Rioja Alavesa), se sitúa entre las provincias de La Rioja, País Vasco, Navarra y Castilla y León. Está situada estratégicamente en la confluencia de dos climas opuestos como el atlántico y el mediterráneo. Sus uvas son cultivadas en terrenos arcillosos y orgánicamente escasos, por lo que son pobres en azúcar, lo que proporciona vinos sutiles de baja graduación.

Los vinos de Toro se localizan entre las provincias de Zamora y Valladolid, a las orillas del Duero. El clima continental extremo, con inviernos muy fríos y veranos calurosos y el terreno calizo, favorecen el estrés en los viñedos, aumentando el azúcar en el fruto y obteniendo como consecuencia vinos con cuerpo y grado alcohólico por encima de los 13,5º.

La variedad predominante en Rioja es la Tempranillo, reconocida como autóctona, seguida de la Garnacha Tinta y la Graciano. Extremadamente delicada, produce vinos que asumen sin dificultad un largo envejecimiento. La Tinta de Toro es la variedad local de los vinos de Toro, seguida de la garnacha y de la variedad blanca Verdejo. Tras la crisis de la filoxera de finales del XIX, Toro fue una de las pocas regiones que se libró de la plaga, por lo que aún atesora viñedos plantados a pie franco. Produce vinos potentes, de color intenso y con cuerpo.

Ambas denominaciones producen vinos tintos y blancos

Los tintos de Rioja se dividen en Crianza, Reserva y Gran Reserva. Los vinos más jóvenes, equivalentes al vino del año, o los vinos que no están certificados por el Consejo Regulador, se denominan como vinos con Garantía de Origen. La denominación Toro comparte con Rioja esta clasificación, diferenciándose en la categoría Roble, inexistente en Rioja y que engloba a los vinos con una crianza mixta entre botella y barrica.

Tanto en Rioja como en Toro los vinos tintos se producen con dos sistemas diferentes. El más utilizado es el que macera la uva con sus hollejos una vez despalillada. Terminada la fermentación, se retiran los residuos sólidos y el vino pasa a almacenarse para ser sometido a controles de calidad. Una vez superados los controles, el vino pasará a barricas de roble, donde envejecerá para luego ser embotellado, donde se culminará la crianza. El segundo sistema, tradicional de Rioja, es la denominada maceración carbónica, en la que la uva entera es sometida a fermentación.

En general, el vino de origen Rioja es el clásico por excelencia, ligero, sutil y aterciopelado, de color rubí y con notas de frutas frescas, flores blancas y madera. Por contra, Toro representa a los vinos contemporáneos potentes y con cuerpo, de color grosella profundo y aromas a frutos rojos.

La bodega Heredad de Aduna, situada en la Rioja Alavesa y con treinta hectáreas de viñedo propio donde predomina el Tempranillo y la Garnacha, produce vino de Rioja reconocido internacionalmente con diversos premios, entre ellos la Medalla de Oro en la Berliner Wein de 2015.

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