La vendimia: ¿Mejor a mano o mecanizada?
La vendimia de vinos es un proceso tradicional con una larga historia. Como tal, ha sufrido una escisión lógica. Y es que hoy en día podemos encontrar la vendimia natural, es decir: la clásica, y la vendimia mecanizada, que utiliza la tecnología disponible para realizar la recogida de la uva de una forma mucho más cómoda. Ahora bien, la pregunta realmente importante aquí es cuál de las dos resulta más útil o mejor para el producto final.
Vendimia a mano
El equipo de trabajo iría seleccionando cada racimo y recortándolo con tijeras. Se guardaría y se llevaría directamente a la bodega. La principal ventaja es que se puede seleccionar con sumo cuidado y atención cada racimo. De esta forma, no habría uvas estropeadas que pudiesen contaminar o hacer perder algo de sabor al producto final. Es por eso que la mayoría de vinos de calidad superior emplean este método de recogida.
Por otro lado, el transporte de la uva también la protege bastante. Al no terminar en grandes contenedores con cantidades inmensas de uva, se conserva mucho mejor. De esta manera, llega en un mejor estado a las bodegas.
Ahora bien, estas ventajas (que son muy significativas) tienen que lidiar con una serie de inconvenientes importantes. El primero de ellos es que resulta necesario disponer de una gran cantidad de mano de obra. Por otro lado, los trabajadores van a tener que ser muchos para que el tiempo de producción no se exceda, ya que los procesos manuales suelen incrementar el tiempo que se tarda en producir el vino. Y, en muchos casos, tienen que tener experiencia o una formación previa para cuidar adecuadamente la uva y, también, para saber qué racimos pueden seleccionar y cuáles no. Por lo tanto, pese a ofrecer ventajas importantes, sus inconvenientes también son realmente significativos.
La vendimia mecanizada
Se realiza con una máquina llamada vendimiadora. Esta va pasando por las viñas y creando una vibración que agita las vides. Esta vibración estaría medida para que cayeran tan solo las uvas que están realmente maduras. Estas van a los remolques de la máquina y, seguidamente, a la bodega.
La primera ventaja que presenta este método es la inmediatez con la que es capaz de realizar el trabajo, ya que tiene unos tiempos de producción mucho menores. Esto se traduce en que también la mano de obra desciende considerablemente, lo que supone un ahorro muy importante en costes que algunas bodegas aprovechan. Finalmente, la vendimiadora puede pasar por las viñas exactamente cuando las uvas están maduras. Es decir, se puede aprovechar rápidamente su mejor momento, cosa que en el modelo manual no siempre sucedía.
Los defectos están bastante claros, el riesgo de coger uva estropeada es mucho mayor. Por otro lado, la máquina no solo recoge uvas, sino también hojas u otros elementos algo sueltos que estén por las viñas. Finalmente, si no se ajusta bien la vibración que emite, puede recoger muchas muestras que, directamente, no valgan para producir vino.
En conclusión, ¿cuál de ambos modelos es mejor? Evidentemente, si lo que se busca es un vino excelente y de calidad, el proceso manual es mucho más recomendable. Pero aquí entra ya en juego otro factor: el presupuesto disponible. Y es que si se busca ahorrar costes y presentar un producto más económico, lo mejor es emplear una vendimiadora. Por lo tanto, elegir entre uno y otro va a depender de los objetivos comerciales que tenga la empresa.
Podemos hablar de esta cuestión como expertos, ya que en la bodega Heredad de Aduna tenemos una larga trayectoria en la vendimia de vinos y una profunda tradición en la elaboración de vinos rioja y Garnacha.