Hablar de La Rioja es hablar de vino. Somos una región con una tradición vitivinícola profundamente arraigada desde hace milenios que ha inspirado a muchas otras regiones vinícolas de Europa y del mundo. Nuestro vino más característico, el Vino Rioja, tiene su propia Denominación de Origen y, a lo largo de su historia ha sido considerado uno de los mejores vinos europeos, siendo hoy en día toda una garantía de calidad.
La cultura del vino es el centro de la vida en La Rioja. Nuestras cepas centenarias, las cuidadas bodegas familiares, la tradición en la vendimia y los procesos artesanales de elaboración de nuestros caldos, son los pilares que mantienen vivo el espíritu del vino tradicional.
Las nuevas generaciones aportan la frescura y el conocimiento, junto a nuevos métodos de elaboración y modernos procesos aplicados. Constante innovación, avanzando siempre en búsqueda de la excelencia, es lo que hace de los vinos riojanos un placer para unos y una pasión para otros.
Cuatro Vinos y una D.O.
Las condiciones de La Rioja en cuanto a temperatura, altitud, humedad, calidad del suelo y del agua etc. son únicas y dan como resultado unas variedades de uva de calidad excepcional. Tempranillo, Garnacha, Mazuelo, Graciano, Maturana y Monastel para los tintos y sus variedades blancas además de Viura, Malvasía, Turruntés, Chardonnay, Sauvignon blanc y Verdejo, son las uvas más utilizadas en la elaboración del Vino Rioja.
Estas uvas exquisitas confieren a los vinos riojanos una cualidad única, su gran aptitud para el envejecimiento. El proceso de crianza natural tradicional, las características de nuestras bodegas que son auténticos santuarios- y las barricas artesanales de roble que guardan el reposo, dan lugar a cuatro variedades de vino: Garantía de Origen, Crianza, reserva y Gran Reserva. Todas incluidas en la misma Denominación de Origen, Vino Rioja, la denominación más antigua de España.