Descubre los diferentes tipos de botella de vino Rioja
Como amante del vino, es esencial conocer las diferencias entre los tipos de botellas que se utilizan para embotellar y almacenar diferentes variedades de vino de Rioja. No son solo recipientes para preservar y servir este fabuloso caldo, sino que también pueden influir en su sabor, calidad y duración.
En este artículo, exploraremos los más comunes, sus características distintivas y cómo afectan al líquido que contienen. Desde la clásica de borgoñona hasta la más elegante y sofisticada como la del champán, descubrimos cómo los vidrios de vinos de Rioja Alavesa pueden ser una parte importante de la experiencia de disfrutar de una buena copa.
La relevancia del envase
A continuación, destacamos las propiedades más singulares de los diversos recipientes que existen para almacenar el preciado licor.
Cada frasco tiene características específicas que afectan a la forma en la que el caldo se desarrolla y se presenta. Por ejemplo, la forma puede determinar la cantidad de oxígeno que llega al zumo de la uva y, por lo tanto, afectar a su proceso de maduración.
Además, el grosor y la calidad del vidrio pueden influir en las cualidades del líquido que contiene. La botella más delgada puede no protegerlo de la luz y del aire de manera tan efectiva como la más gruesa, lo que puede influir en la duración del producto y su capacidad para envejecer. Por lo tanto, son importantes elegir el envase adecuado para cada clase de brebaje que se almacena y asegurarse de que se mantenga en las condiciones óptimas.
La importancia del color
Además de la forma y del grosor del vidrio, los colores pueden influir en su calidad y duración.
Los tres colores más comunes para las botellas son el verde, el marrón y el claro.
Las verdes suelen utilizarse para vinos blancos, rosados y espumosos. Este color ayuda a protegerlo de la luz ultravioleta, que puede modificar el sabor y el aroma. Sin embargo, también pueden ser más caras que los frascos claros o marrones, debido a su color más distintivo.
Las marrones son las más comunes para los tintos. El color oscuro contribuye a protegerlo de la luz, lo que puede alterar su sabor, textura y calidad. Además, suelen ser más gruesas que las claras, lo que las hace más resistentes a la rotura y la oxidación.
Los envases claros se utilizan a menudo para blancos y rosados, así como para algunos tintos más ligeros. Aunque no protegen el elixir de la luz de la misma manera que las verdes o marrones, las claras pueden ser unas opciones más económicas y se revelan como especialmente adecuadas para caldos jóvenes que no necesitan una protección tan intensa contra la luminosidad.
Las distintas clases de botellas
Hay varios modelos, cada uno con su propio nombre y sus características. Algunos de los más habituales incluyen:
- Bordelesa: Es la más común que se encuentra en todo el mundo. Resulta alta y estrecha y con hombros pronunciados y una base estrecha. Se utiliza, principalmente, para tintos, blancos secos o Rioja crianza.
- Borgoña: Es más ancha que la bordelesa y tiene hombros menos pronunciados. Se revela como comúnmente usada para tintos de Borgoña y blancos más complejos.
- Rhin: Este recipiente es alargado, delgado y con hombros suaves y una base ancha. Resulta habitual su uso en caldos blancos alemanes y austriacos.
- Jerezana: Característica de los famosos elixires de Jerez y Montilla-Moriles. Con sus formas finas y esbeltas que la diferencian de la Bordelesa y poseen contornos suaves y una base estrecha.
- De cava o champagne: Vidrio alto y estilizado con hombros pronunciados y una base ancha. Se emplea en espumosos, como cava y champagne.
El tamaño marca la diferencia
Además de los diferentes tipos de botellas de vino, hay una variedad de tamaños disponibles. Estos tamaños pueden afectar al envejecimiento y a la calidad del brebaje almacenado. Algunos de los tamaños más característicos son:
- Botella estándar: Se trata del modelo típico. Es la más común, con una capacidad de 750 ml. Se trata de la típica utilizada para la bebida de mesa.
- Magnum: Tiene una capacidad de 1,5 litros, lo que equivale a dos comunes. El mayor volumen ayuda a envejecerlo de manera más uniforme y puede mejorar su calidad.
- Jeroboam: Recibe su apelativo del primer rey del reino de Israel. Con capacidad para 3 litros, el equivalente a cuatro recipientes. Es comúnmente utilizada para champán y espumosos. Muchas casas de champagne las usan para envejecer sus bebidas de alta gama.
- Rehoboam: El nombre proviene del rey bíblico Roboam (Rehoboam, en hebreo), quien era el hijo y sucesor de Salomón. El recipiente almacena 4,5 litros. Es una opción popular para los grandes eventos y celebraciones, ya que puede servir a una gran cantidad de personas. También supone un objeto de colección para los amantes del licor, dado que son raras y difíciles de encontrar en el mercado.
- Salmanazar: De gran tamaño, alberga hasta 9 litros. Su uso resulta habitual en espumosos y champán. Es difícil de manejar debido a su peso y tamaño. Requiere un abridor especializado y varias personas para servir adecuadamente. Por esta razón, a menudo se reserva para ocasiones muy especiales.
- Nabucodonosor: Referencia al rey de Babilonia. Se trata de un envase que, con sus 15 litros de capacidad, es el más grande disponible comercialmente y se emplea, básicamente, para eventos especiales y celebraciones. Resulta habitual utilizarlo para envejecer y servir vinos de primera calidad, como los tintos de Burdeos y los champagnes de alta gama.
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