¿Conoces el proceso de elaboración de un vino blanco?

La Rioja es una zona vitivinícola, donde las uvas tintas concentran la mayor parte de la producción, gracias a la popularidad de variedades autóctonas como el tempranillo. Sin embargo, también se cultivan uvas blancas, en especial de la variedad viura con las que se consiguen vino blanco apreciado en todo el mundo.

En este artículo se va a realizar una reseña detallada de todo el proceso de elaboración del vino blanco, desde el cultivo hasta el embotellamiento. Es importante tener en cuenta que la elaboración de vinos blancos tiene algunas diferencias con respecto a los tintos, de ahí que sea importante prestar atención.

Proceso de elaboración

En primer lugar, cuando llega la época de la vendimia, es fundamental la selección de las uvas. No se puede hacer un buen vino sin una buena materia prima, así que hay que eliminar todas aquellas que se sospeche que no están en buenas condiciones. Si bien existe maquinaria que realiza una selección, hay que decir que este proceso aún tiene una parte manual, en especial cuando se realiza la vendimia como primer filtro.

El siguiente paso consiste en el prensado, que antiguamente consistía en pisar las uvas lentamente para conseguir el mosto. Afortunadamente, hoy este proceso es industrial, con cubas preparadas con este objetivo, con lo que se gana en higiene y eficiencia, puesto que no es necesario el concurso simultáneo de varias personas.

En tercer lugar, hay que llevar el mosto y desfangarlo. Esto significa que se tiene que limpiar de impurezas que se acumulan, normalmente en los posos que hay al fondo. De esta forma, se podrá conseguir un caldo transparente y más atractivo a la vista, además de ser más saludable.

Posteriormente, se tiene que fermentar el mosto. En los vinos blancos, y aunque dependerá de la variedad de uva, se recomienda que el proceso se realice con unas temperaturas de entre 15 y 16 grados. Esto es fundamental para evitar que el vino pierda sus propiedades y aromas que, no lo olvidemos, son el principal activo en las variedades blancas. Además, y a diferencia de lo que sucede en los tintos, cuando se elaboran vinos blancos solo se va a fermentar la pulpa de la uva, por eso el color es blanco.

Finalmente, y una vez fermentado, toca limpiar de nuevo el caldo resultante después de trasladarlo desde las cubas de fermentación, mediante el proceso de clarificación. En algunos casos, se tendrá que filtrar, aunque cada vez es menos necesario gracias a las tecnologías que se utilizan. El último paso consiste en embotellar el producto para su distribución y comercialización.

Es importante señalar que los vinos blancos, aunque hay excepciones, son vinos para consumir el mismo año. Por este motivo, no suelen tener un proceso de envejecimiento prolongado y las fermentaciones duran lo justo para que el producto esté en condiciones óptimas de consumo.

Conclusión

Los procesos de elaboración del vino se han tecnificado para rebajar los costes de producción y conseguir un producto de calidad para, en consecuencia, ganar en competitividad. La Denominación de Origen Calificada La Rioja es la más conocida fuera de España, de ahí que sea fundamental ofrecer vinos de calidad a precios razonables. Además, es bueno tener presente que, en esta zona de producción, existen varios microclimas que permiten elaborar caldos con distintos matices, gracias al aporte pluviométrico y a los suelos.

En caso de querer degustar un buen vino blanco, es aconsejable consultar la fecha de elaboración y confiar en bodegas contrastadas en la elaboración del producto. Un vino de La Rioja elaborado con uva viura es una garantía de disfrute para el paladar.

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