Cómo elegir un vino en un restaurante

Para saber elegir un vino cuando vamos a un restaurante hay dos premisas fundamentales a cumplir: conocer los vinos y algo de gastronomía. Ambas son esenciales en el mundo del maridaje.

Nos referimos a la técnica o metodología que se usa para saber combinar lo que vamos a comer con el vino adecuado. Y no es tan sencillo como parece, ya que hoy en día ya no es suficiente con eso de «con las carnes un tinto» y «con los pescados un blanco».

Existen infinidad de opciones de cara a elegir el vino en un restaurante, y para ir sobre seguro, vamos a dejarnos guiar por los tipos de caldos más habituales y a mostraros cómo maridan con los alimentos.

Aprendiendo a maridar para saber elegir un vino

Hay que recordar siempre que lo principal es que reine la armonía entre comida y vino. Que no hay reglas estrictas, salvo algunas respecto al orden de servirlo. Y que lo más importante es satisfacer el gusto de los comensales que nos acompañan en el restaurante.

Vinos blancos tipo Sauvignon Blanc

  • Aceitunas, vinagretas y encurtidos.
  • Verduras asadas o crudas en ensaladas.
  • Pescados blancos a la plancha y mariscos al vapor.
  • Quesos blancos y quesos cremosos suaves.
  • Tartares y carpaccios.

Vinos blancos tipo Chardonnay

  • Carnes poco grasas, como el pollo, el conejo o la caza menor.
  • Moluscos como la sepia y los calamares y bivalvos como la ostra o las almejas.
  • Quesos blandos como el edam o el gruyer.
  • Pastas con salsas del tipo carbonara.
  • Platos orientales tipo Dim Sum y con el famoso pato glaseado.

Vinos rosados tipo Pinot Noir Rosé

  • Ensaladas de legumbres con pasta.
  • Quesos de cabra o tipo brie.
  • Setas, champiñones y otros hongos.
  • Carnes blancas grasas como la de pato.
  • Compotas y tartas de frutas.

Vinos tintos tipo Tempranillo

  • Arroces tipo paella valenciana.
  • Menestras de verduras, hojaldres y empanadas.
  • Guisos realizados con vísceras como hígado o las criadillas.
  • Carnes de cerdo y cordero a la plancha.
  • Quesos de oveja y vaca semi curados.

Vinos tintos tipo Cabernet Sauvignon

  • ​Carnes rojas como chuletones, entrecots, steak tartar, ragú de ternera y guisos de caza muy condimentados.
  • Raviolis rellenos de champiñones y trufa, y pastas frescas a la boloñesa.
  • Patés grasos de cerdo, pato y oca.
  • Quesos azules como el stilton y de leche de vaca como el gorgonzola.

Vinos tintos tipo Cabernet Franc

  • Pizzaspaninis y pastas con base de tomate.
  • Queso feta y otros sin corteza como la mozzarella.
  • Albóndigas guisadas y asados de cerdo.
  • Legumbres oscuras, como las lentejas y las alubias negras.

Vinos espumosos tipo Brut Nature

  • Pescados blancos al horno con salsas ligeras.
  • Frutos secos como las almendras y las nueces.
  • Frutas rojas como las grosellas, las frutillas del bosque y las fresas.
  • Chocolate negro puro.

Vinos dulces tipo Pedro Ximénez

  • Quesos azules muy fuertes como el de Cabrales o el Picón Bejes-Tresviso.
  • La fondeau de queso o de chocolate y frutas.
  • Los helados y postres dulces templados.

Vinos generosos tipo fino y manzanilla

  • Gazpacho, salmorejo y ajoblanco.
  • Embutidos, jamón serrano y quesos curados.
  • Aceitunas, encurtidos y salazones.
  • Frituras andaluzas y boquerones en vinagre.
  • Platos orientales como el shushi.

Existen otras muchas variedades de vinos, menos conocidas que las que hemos citado, por ser muy selectos, y que es difícil que los encontréis en los restaurantes habituales. Un buen ejemplo es el vino Naranja, cuyo origen se remonta miles de años atrás, se elabora en la provincia de Huelva y que marida a la perfección con quesos fuertes y dulces.

No queremos dejar de mencionaros algunos tan curiosos como, el vino Tokaji, de origen húngaro, producido a partir de un hongo y que marida de maravilla con el foie; el vino de pétalos de rosas: elaborado por la infusión de los que le dan nombre, de origen británico, y que se toma con cremas ligeras y con las pastas de té, o el Makgeolli, un vino de arroz y trigo, con alcohol, original de Corea y que, aunque se bebe, básicamente se utiliza como condimento en las comidas.

Esperamos que con estas breves notas os veáis ya capaces de maridar, y nos agradaría mucho que, de hacerlo, compartierais la experiencia con nosotros y con los demás lectores, a través de los comentarios en la web de Heredad de Adunaya que es una buena forma de que todos aprendamos algo más.

Y de cara a saber elegir un vino en un restaurante, dejamos a vuestra entera disposición el lugar idóneo dónde encontrar los mejores vinos para practicar el maridaje.

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